Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret

Santa Cecilia

150 AÑOS DE LAS HERMANAS DE LA SAGRADA FAMILIA DE NAZARET. SIGUIENDO LAS HUELLAS DE LA BEATA FRANCISZKA SIEDLISKA POR ROMA (17)

Cecilia es una de las santas mártires más famosas de la Iglesia Católica. Nació en Roma, probablemente a principios del siglo III, en el barrio del Trastevere, donde vivió con su marido Valeriano, a quien atrajo a la fe en Cristo y lo convenció de vivir su matrimonio en castidad. Valeriano supuestamente tuvo una visión de un ángel que guardaba la pureza de su esposa. La casa de Cecilia era un lugar de oración donde el propio Papa Urbano I celebraba la liturgia y administraba los bautismos. Allí también bautizó a Valeriano y a su hermano Tiburcio. La ley de aquella época, que estab contra los cristianos, prohibía, entre otras cosas, enterrar a los muertos de los seguidores de Cristo. Ambos hermanos incumplieron esta prohibición, por lo que fueron martirizados. Unos días después se descubrió que la casa de Cecilia era un lugar de reunión para los cristianos, lo cual también era castigado con la muerte. Por este motivo Cecilia fue martirizada. Primero intentaron asfixiarla con vapor en el baño de su casa, y como ese intento fracasó, la decapitaron con una espada. La ley sólo permitía al verdugo dar tres golpes. Desafortunadamente, con este método tampoco lograron matarla.  Cecilia murió tras varios días de agonía. Lo más probable es que fuera en el año  230. El mencionado Papa Urbano I la enterró en las Catacumbas de San Calixto e hizo de su casa una iglesia. Aunque algunos datos de la vida de Santa Cecilia puedan ser sólo una leyenda, lo que no cabe duda es que ella, en sí misma es un personaje histórico. La primera evidencia documentada de una basílica construida sobre su casa se remonta al siglo V.

En el año 821, el Papa Pascual I, que honraba mucho a los mártires, trasladó el cuerpo de Cecilia a la nueva basílica dedicada a ella. En 1599, durante las obras de renovación de la Basilica se mandó construir también un nuevo sarcófago para Santa Cecilia. Cuando inauguraron el sarcófago el público pudo ver el cuerpo intacto de la Santa, que parecía dormida, vestida con su vestido blanco y ribetes dorados. En su cuello quedaban las huellas de un golpe de espada, y con los dedos de su mano expresaba simbólicamente el misterio del Dios Único en Tres Personas. Inmediatamente llamaron al entonces Papa, así como al famoso artista Stefano Maderno, quien hizo un boceto de lo que vio. Un año después colocaron en la basílica una figura de Cecilia, realizada en mármol blanco que imitaba este dibujo. Muchos turistas visitan la basílica para ver esa maravillosa obra de arte. Durante trabajos arqueológicos posteriores descubrieron ruinas de edificios residenciales del siglo II a.C. y siglos II-IV d.C. que puede que sean los restos de la casa de Santa Cecilia y el baptisterio del siglo V. Estos lugares, junto con el baño (caldarium), lugar del martirio de Cecilia, hoy están abiertos a los visitantes. La nueva cripta está decorada con frescos que ilustran la vida de Cecilia y otros mártires de la Iglesia primigénia de los primeros siglos. Desde el siglo XVI, la basílica es cuidada por las Hermanas Benedictinas.

Franciszka Siedliska escribe en sus notas sobre la gran reverencia que profesaba por  Santa Cecilia. Nuestra Fundadora rezaba a menudo en el lugar del martirio de la Santa. En el día de la memoria litúrgica de Santa Cecilia, Franciszka rezaba especialmente por su madre, Cecilia.

Fotos – CSFN

Santa Basílica Cecilia: fachada, altar con una escultura de Stefano Maderno, cripta, fresco – Ángel ofreciendo lirios a Cecilia y Valeriano

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