Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret

¿Es el matrimonio una maldición o una bendición?

A una religiosa que elige una cruz grande para manifestar su amor a Jesús, Jesús le dice: “Esa la tengo reservada para un matrimonio”.

<< ¿Es el matrimonio una maldición o una bendición?>> Con esta provocadora pregunta, Jaime Vilarroig y Sandra Partido comenzaron su charla para matrimonios en los últimos Encuentros Matrimoniales. La cruz y el sentido del sufrimiento son unos de los temas más difíciles, un misterio que no podemos comprender del todo. Jaime y Sandra nos iluminan este misterio a través de pasajes seleccionados de la Palabra de Dios, recurriendo a joyas de la literatura (Sonata a Kreutzer, XII) y a la experiencia personal de dolor y sufrimiento.

Si, como creemos, el matrimonio es el plan de Dios, << ¿Por qué sufrir en esta relación de amor? ¿Por qué el sufrimiento?>>. Aquí nos ayuda la reflexión de C. S. Lewis en su obra El problema del dolor al decir que,

El enamorado puede seguir amando a su amada después de que la belleza de ella se haya marchitado, pero no porque haya desaparecido. El amor puede perdonar todas las flaquezas y seguir amando a pesar de las debilidades del amado, pero no puede cejar en su empeño de eliminarlas. El amor es más sensible que el odio a las manchas del amado.

Esta reflexión de C.S Lewis resuena como uno eco de las palabras de Dios:

Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada.

Sólo Cristo revela toda la verdad sobre el significado del dolor y el sufrimiento. Por ello, vale la pena, siguiendo el estímulo de Jaime, volver a leer la carta apostólica <<Salvifici doloris>> de Juan Pablo II.  Así, al que sufre se le pueden decir muchas cosas, pero más importante que todo lo que se pueda decir, es estar a su lado (es decir, no abandonarlo). El ejemplo soberano de Cristo en la cruz remite a ello, ya que no sólo lo dijo de palabra, sino que lo hizo, pues sufriendo como un hombre cualquiera, puso de manifiesto que es verdadero Dios y verdadero Hombre, que está por nosotros, con nosotros y para nosotros.

Santo Cristo de Javier: El Cristo Sonriente

Sandra habló de la cruz en el matrimonio, que es revelar la gloria de Dios, su poder en nuestras vidas. Para ello, repitió con insistencia, tenemos la Iglesia, los Sacramentos, la comunidad… y sobre todo la oración.

Se nos ha invitado a contemplar a Jesús Crucificado. Mirándolo a él aprenderemos a aceptar nuestra cruz, el sufrimiento y el dolor. Aprenderemos a sufrir como Él. Sólo Él conoce la respuesta a nuestras preguntas y sólo Él da sentido a nuestro sufrimiento.

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