Las solicitudes para que la joven Congregación llevara su labor pastoral a nuevos territorios no cesaron. En 1892, después de recibir varias peticiones de comunidades de emigrantes polacos en Francia, las hermanas respondieron al llamado y comenzaron a trabajar con la juventud polaca en París. Esta misión no fue fácil, ya que, para poder llevarla a cabo, las hermanas tuvieron que actuar como laicas y no usaban su hábito.
Tres años después, en 1895, la Congregación inició su labor entre los emigrantes polacos en Londres, marcando el comienzo de la Misión Católica Polaca de Inglaterra y Gales. Esta misión sigue viva hoy en día, con la Beata Franciszka Siedliska como su patrona.
Las hermanas respondieron a la llamada, llevando su misión a los emigrantes polacos en Francia. En París, las hermanas enfrentaron retos, pero continuaron su labor sin su hábito, como laicas. La misión en Londres dio lugar a la Misión Católica Polaca, que sigue viva hoy en día.