La misión de la Congregación se extiende a diversos países y nacionalidades. En 1994, las primeras hermanas llegaron a la Tierra Santa, a Nazaret, para servir en el Vicariato del Patriarcado Latino, un lugar de gran importancia no solo para el cristianismo, sino también para nuestro carisma. En 2012, se abrió la primera casa de la Congregación en África, en Sunyani, Ghana, y hoy las hermanas dirigen dos escuelas en Chiraa y Yamfo. Además, contamos con las primeras Hermanas de Nazaret originarias de Ghana.
En 2018, la Congregación asumió una nueva misión en Benicassim, España, para servir a las familias de ese país. Y la misión continúa, siempre abierta al llamado de la Iglesia desde diferentes partes del mundo. ¿A dónde nos llevará ahora? Tal vez a Sudamérica, a Chile…
Las palabras de la Madre Fundadora, Franciszka Siedliska, resuenan con fuerza:
«Él tiene miles de almas mucho mejores, pero nos eligió a nosotras, las más pobres, las más débiles, las más pequeñas, para mostrar el poder y la grandeza de Su amor.»
Las hermanas llegaron a la Tierra Santa para servir en el corazón del cristianismo y de nuestro carisma. En Ghana, la misión crece, con dos escuelas y las primeras hermanas originarias de este país. La Congregación abrió la primera casa de la Congregación en África en 2012, posteriormente en España (Benicasim) en 2018.