Niños
No hay Nazaret sin niños. Así como, Jesús «iba creciendo en Nazaret, en la casa de María y José, en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres (Lc 2, 52)», así quiere que nuestros conventos sean, un Nazaret, donde todos los niños puedan crecer. Siempre es una gran fiesta cuando nuestra casa se llena de niños. Ellos, no sólo encuentran en nuestro hogar un
lugar donde pasarlo fenomenal con sus amigos, sino que también encuentran un ambiente relajado y seguro que les permite, por un lado, encontrarse con Jesús, pues pueden escribirle cartas, que depositan frente al altar de nuestra capilla, en un «buzón de Dios» especial; y, por otro lado, compartir con nosotras sus inquietudes o plantear sus preguntas, dudas, etc.
Jesús nos confía niños de todas las edades. Acompañamos a familias que se hallan en situaciones totalmente diferentes : las que no pueden tener hijos, aquellas cuyos hijos están enfermos, familias numerosas y también a las que Dios llama a la adopción.
Más allá del convento, disfrutamos de la compañía de los niños en la catequesis parroquial y, por supuesto, en el Oratorio del Colegio Mater Dei. Cantamos junto a ellos en las Misas de niños, nos vamos conociendo cada vez más gracias a las convivencias y por supuesto nos encanta encontrarnos por la calle. Somos amigos. En sus ojos encontramos la mirada de Jesús, que nos enseña a convertirnos en niños para entrar en su Reino.
«Jesús les dijo: «Dejen a esos niños y no les impidan que vengan a mí; el reino de los cielos pertenece a los que son como ellos» Mt. 19,14.
Que la Virgen bendita que tuvo el gozo de traer, y tomar en sus brazos al Hijo de Dios hecho niño, de verlo crecer en sabiduría, edad y gracia frente a Dios y los hombres, nos ayude a cada uno de nosotros, a dotar nuestros esfuerzos personales, en nombre de los niños pequeños con una activa bondad, un atractivo ejemplo y un amor entregado. Amén».