III Encuentros Matrimoniales
Con la charla de Nuria Moya y Esteban Escrig hemos inaugurado el tercer curso de los Encuentros Matrimoniales. Este año queremos dedicarlo a las pequeñas virtudes del hogar. Y como no, pensamos iniciar con algo tan importante comomantener el buen humor. Nuria y Esteban, que son esposos, padres de tres hijos y educadores nos ofrecieron su reflexión y testimonio sobre este tema.
“En nuestra casa, por gracia de Dios, muchas veces reina el buen humor, aunque no siempre en modo tan evidente. Esta es nuestra realidad, peropara esta charla nos paramos a preguntarnos: ¿qué es el buen humor? Según el diccionario es lapropensión más o menos duradera a mostrarse alegre y complaciente. La palabra mostrarse tiene sus riesgos, porque muchas veces puede convertirse en algo, que no es en realidad. Mi buen humor puede ser solo una máscara que yo pongo para que los demás me vean feliz. El buen humor puede ser una mentira, un teatro, y no el fruto de algo, que verdaderamente está en mi corazón. Puedo usar esta máscara para sobrevivir en mi casa o para evitar problemas. Pero eso es una trampa. El buen humor tampoco es hacer todo el día tonterías. El buen humor es una consecuencia de la alegría y la esperanza, que tenemos en nuestro corazón. Ambas son la fuente de dónde brotael fruto que llamamos tener buen humor. Si mi corazón esta alegre, si mi corazón tiene esperanza, entonces sale de mí el buen humor, y no será una simple máscara para protegerme. Porque uno manifiesta lo que vive.
Es interesante notar que títulos llevan las tres primeras exhortaciones del Papa Francisco: Alegría del Evangelio, Alegría del amor y Alegraos y regocijaos. ¿Porque el Espíritu Santo inspiró al Papa a poner estos títulos?Porque en el mundo de hoy echamos mucho en falta la alegría o la buscamos en el lugar o modo equivocados.
Vamos a concretizar nuestra reflexión, ¿qué es entonces el buen humor en el hogar? Es verdad, que muchas veces el buen humor depende de factores externos, pero también debemos recordar que supone una conquista de la voluntad. Los ejemplos de muchas personas a largo de la historia nos muestran que incluso en las realidades más oscuras (como en los campos de concentración) se puede conservar el buen humor hasta la muerte. Vivir el buen humor es la consecuencia de elegir ver el lado bueno de las cosas. Podemos elegir como vemos y afrontamoslas cosas que nos pasan. Nos puede ayudar también el ejemplo de los santos, como de Santo Tomas Moro, que conservó el buen humor (fruto de su fe profunda) hasta su martirio. Él a menudo rezaba con esta oración:
Señor, dame salud del cuerpo y, con ella, el sentido común necesario para conservarla lo mejor posible. Dame un alma santa, Señor, que mantenga ante mis ojos todo lo que es bueno y puro, para que a la vista del pecado no se turbe, sino que sepa encontrar los medios para poner orden en todas las cosas. Dame un alma ajena a la tristeza, que no conozca refunfuños, ni suspiros, ni lamentos. Y no permitas que esta cosa que se llama “yo”, y que siempre tiende a dilatarse, me preocupe demasiado. Dame, Señor, sentido del humor. Dame la gracia de comprender una broma, para lograr un poco de felicidad en esta vida y saber regalarla a los demás. Así sea.
¿Qué destruye el buen humor en nuestro hogar, si no inmediatamente, lo hace poco a poco…? ¿Cómo se acaba nuestro buen humor? La lista puede ser larga, pero nosotros hemos recopilado cuatro elementos muy peligrosos que nos roban la alegría y el buen humor: los murmullos y refunfuñes, lascomparaciones, labúsqueda excesiva del placer y el consumismo. En otras palabras, el buen humor se ve afectado cuando pienso más en mí mismo, en mi bienestar, y no en el de los demás (mi mujer, mi marido, mis hijos) pierdo la alegría, pierdo el buen humor (estoytriste y me siento egoísta).
Creo que es importante reflexionar un momento: ¿Qué nos ayuda a vivir con buen humor en nuestra casa? ¿Cómo podemos fomentar el buen humor? Para nosotros lo importante es: la oración personal, la oración matrimonial, practicar la ternura, practicar la compasión y mirar a los demás con la mirada que tiene Dios sobre mí.”