Con nuestro matrimonio con/en Dios hemos ganado la Champions League. Ahora, hay que
seguir teniendo hambre de títulos, hay que seguir trabajando porque la Champions en el SM no
se gana cada año sino cada día. La oración, la frecuencia de los sacramentos, seguir
rodeándonos de gente buena y santa, son una ayuda fantástica para seguir perseverando cada
día en nuestra fe, acogiéndonos y amándonos mutuamente como Cristo nos acoge y nos ama.