La invitación para venir a España apareció de forma muy inesperada.
En junio de 2017, la Superiora General, Hna. Juana Zawieja, asistió a una reunión en el Pontificio Consejo para la Familia en Roma. Allí salió a su encuentro un sacerdote de la diócesis española de Segorbe – Castellón, Don Luís Oliver, responsable de la Pastoral Familiar en esta diócesis y Párroco de Benicàssim. Don Luís le hizo saber a la Hna Juana Zawieja que buscaba, desde hacía tiempo, una Congregación religiosa que pudiera emprender iniciativas para esta Pastoral en su diócesis. Él, hacía mucho tiempo que pedía la intercesión de San Juan Pablo II para este servicio en la diócesis, así como la oración, por esta intención, a varios conventos de Carmelitas de clausura.
En fechas posteriores, Don Luís, nuevamente, viajó a Roma para preparar la Jornada Mundial de las Familias de Dublín (agosto 2018). Por este motivo, acudió a las dependencias del Pontificio Consejo para la Familia, ya que buscaba orientación e información para su peregrinación diocesana. Allí, este joven sacerdote, expuso la verdadera inquietud que llevaba en su corazón, «una Congregación de Hermanas que pudieran alentar la pastoral del matrimonio y la familia, haciéndose eco del «Papa de la Familia», como le llamaba el Papa Francisco».
En ese contexto, se cruzó, de nuevo, en su camino la Hna. Jana Zawieja, en las mismas dependencias del Pontificio Consejo. Parece difícil pensar que este encuentro fuese una mera coincidencia pues, en su conversación con Don Luís, la hermana Juana, le habló sobre su Congregación, su carisma y misión y le presentó las diversas formas de apostolado que hacían por las familias. Don Luís le mencionó, a su vez, los planes de la diócesis y las expectativas de su Obispo. Se podían advertir varias dificultades por ambas partes. Pues, por un lado, la Congregación, no tenía hermanas que conocieran la lengua española, de manera que, la posible apertura de una Casa en España obligaba a un reajuste de hermanas en otros apostolados, etc.; y, por otro lado, Don Luís, debía explicar el encuentro a su Obispo, además de acondicionar un convento deshabitado, etc.
En diciembre de ese mismo año, el Obispo, envió a Roma una delegación oficial de la diócesis formada por, el Vicario General, Don Yago Gallo, y Don Luís Oliver, Delegado de la Pastoral Familiar y de la Vida. Fue un largo encuentro de un día, en el cual, pudimos disfrutar de un ambiente muy distendido y una oportunidad de conocimiento mutuo, así como, de la realidad de la diócesis y de la Congregación.
En enero de 2018, por invitación del Sr. Obispo de la diócesis, la Hna. Juana Zawieja, visitó Castellón y Benicàssim junto con la Hna. Ángela Marie Mazzeo, Consejera General. Este fue un viaje muy fructífero. Ellas mantuvieron un encuentro con el Obispo de la diócesis, el Ecónomo y otras personas; además visitaron el convento en el que iban a vivir las hermanas destinadas a esta misión. Las hermanas marcharon de Castellón y Benicàssim con la convicción que ese lugar lograría convertirse en un activo centro de Pastoral Familiar.
Tras regresar a Roma, ambas hermanas presentaron sus observaciones y opiniones a todo el Consejo General. Justamente, en aquel tiempo, la Administración General estaba sopesando la posibilidad de abrir una nueva misión en Cuba. De manera que, España se consideró como una muy buena «vía de entrada» para la misión en Cuba u otros países de habla hispana; así como, en el futuro, podría convertirse en un lugar de formación, estudio y preparación para las hermanas misioneras que fueran a nuevos destinos relacionados con el continente americano. Así las cosas, la Administración General decidió dar una respuesta positiva al Obispo D. Casimiro López Llorente.
Ya en abril de 2018, tuvo lugar la siguiente visita a España. En esta ocasión, la Hna. Juana Zawieja, acompañada de la Hna. Daniela Tupaj, la Ecónoma General, acordaron los detalles del convenio con la Diócesis y se planificaron las reparaciones necesarias en el Convento para que las hermanas pudieran vivir allí y comenzar su apostolado. La apertura de la misión estaba prevista para el otoño de 2018.
Las primeras cuatro hermanas llegaron a Benicàssim la última semana de septiembre de 2018. De manera que, la misión en esta pequeña localidad del mediterráneo arrancó con la Hna. Catalina Nowak (superiora en esta misión), la Hna. Karolina Szpak, la Hna. Paula Śpiewak y la Hna. Miquelina Pawlak.
El día 1 de octubre de 2018, el Obispo, D. Casimiro López Llorente, celebró una Misa Solemne en la iglesia parroquial de Santo Tomás de Villanueva de Benicàssim, con la que inauguró oficialmente nuestra misión en España. Nada más terminar la Santa Misa, se procedió a la firma del convenio entre la Diócesis de Segorbe-Castellón (representada por el Obispo D. Casimiro López Llorente) y la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret (representada por la Superiora General, la Hermana Jana Zawieja).
Los habitantes de Benicasim nos dieron una calurosa bienvenida y desde entonces, somos parte de esta nueva familia espiritual, de la diócesis, de la parroquia y, por supuesto de España. El 8 de diciembre el Sr. Obispo inauguró la Capilla de nuestro convento, que pronto se convirtió en un lugar especial de oración con las familias y para las familias. Desde entonces, estamos involucradas de diversas formas en la actividad pastoral de la parroquia y de la diócesis.
Día tras día, Dios parece mostrar nuevos y mayores planes para nuestra Congregación en España.
«A ti, Madre, que deseas la renovación espiritual y apostólica de tus hijos e hijas en la respuesta de amor y de entrega total a Cristo, elevamos confiados nuestra súplica. Tú que has hecho la voluntad del Padre, disponible en la obediencia, intrépida en la pobreza y acogedora en la virginidad fecunda, alcanza de tu divino Hijo, que cuantos han recibido el don de seguirlo en la vida consagrada, sepan testimoniarlo con una existencia transfigurada, caminando gozosamente, junto con todos los otros hermanos y hermanas, hacia la patria celestial y la luz que no tiene ocaso.
Te lo pedimos, para que en todos y en todo sea glorificado, bendito y amado
el Sumo Señor de todas las cosas, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.»
