Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret

¿Es la vida realmente bella? Encuentros Matrimoniales, verano 2022

¿Qué se puede ofrecer a los habitantes o a los veraneantes en la atractiva costa de Benicàssim, en las calurosas tardes de agosto? Seguramente a pocos (o quizás a nadie) se les ocurriría invitar a la gente a la capilla del convento para una charla y un momento de oración. Sin embargo, tras la experiencia positiva del año pasado, decidimos atrevernos, de nuevo esta vez,  y organizar, en colaboración con la Delegación de Familia y Vida, encuentros matrimoniales. Valió la pena. Los participantes descubrieron poco a poco el significado de una vida verdaderamente bella.

Tres martes en agosto, tres encuentros con Marta. La invitación en el cartel intrigó…. ¿De qué tipo de belleza se trata y quién es Marta? El primer martes por la noche, la capilla estaba llena de gente. Había parejas jóvenes y casadas desde hace tiempo, personas solteras y familias enteras con hijos. Después de la bienvenida de la Hna. Catalina, se acercó al micrófono una pareja de la comunidad de Focolares: María José y Fran, con un niño en brazos. Compartieron con nosotros una experiencia personal muy poderosa de lucha, con preguntas sobre el amor y la voluntad de Dios ante diagnósticos como, la amenaza de la vida del niño y de la madre, y el diagnóstico médico de síndrome de Down de su hijo menor. De la incredulidad al shock, la búsqueda de sentido, el miedo, la aceptación, hasta la aceptación amorosa de todo de la mano de Dios. ¿Es bella una vida así? Sí. María José y Fran concluyeron su testimonio diciendo que, <<si cada familia tuviera un niño con Down, el mundo sería diferente>>. Los escuchamos en silencio, llorando y riendo. Nos convencieron de lo que Dios puede hacer con la vida personal y familiar cuando confiamos en Él. No sólo aceptaron la voluntad de Dios, sino que la amaron. Han amado a su hijo como a cualquier otro, y Dios está cambiando sus corazones, sus relaciones, su familia a través de ese niño. Rebosan una felicidad que el mundo actual a menudo desconoce, pero que anhela.

El segundo martes, Don Luis Oliver invitó a los participantes a compartir lo que más les impactó del testimonio y lo que significaba para sus vidas. Rápidamente quedó claro que todos tenemos alguna <<Marta>>, todas las familias tienen un Down. No sólo pudimos compartir nuestra propia experiencia de la cruz y la belleza de la vida, sino que, sobre todo, la historia de María José y Fran nos dio el impulso y el ánimo para luchar por esta clase de amor en nuestra vida familiar.

La última noche, Sor Catalina, nos dio tres consejos prácticos de San Juan Pablo II, el Papa de las Familias, sobre cómo afrontar cada sufrimiento, cómo asumir la cruz en la vida personal y familiar, para que también dé frutos tan hermosos en nuestras vidas.

Cada reunión incluía también un momento de oración personal, que terminaba con una bendición individual con el Santísimo. La mayoría se quedó para un ágape común en el jardín de nuestra casa. Fue una oportunidad para hablar un rato, para conocernos mejor, para crear vínculos más profundos. Así terminó nuestra aventura de vacaciones con Marta. Muchos dijeron: << ¡Buenas noches y hasta el próximo verano!>>

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