Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret

“El Espíritu sopla donde quiere…” Jn 3,8

Al leer los Hechos de los Apóstoles, nos encontramos muchas veces con alguna de estas frases: El Espíritu Santo les dijo: «Resérvenme a Saulo y a Bernabé para la obra a la cual los he llamado» (13,2); Enviados por el Espíritu Santo, fueron a Seleucia y de allí se embarcaron para Chipre (13,4); Como el Espíritu Santo les había impedido anunciar la Palabra en la provincia de Asia, atravesaron Frigia y la región de Galacia (16,6); Cuando llegaron a los límites de Misia, trataron de entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió (16,7); etc. La joven Iglesia fue creciendo en adeptos y se expandió hacia nuevas áreas geográficas, a pesar de las persecuciones y, a veces, a causa de las adversidades que tuvieron que afrontar los primeros cristianos. Los apóstoles, obedientes al Espíritu Santo, escucharon sus indicaciones, discernieron y tomaron decisiones junto con Él (el Espíritu Santo y nosotros...), emprendían un viaje o cambiaban sus planes originales, siguiendo las nuevas inspiraciones del Espíritu.  Nos fascina esta imagen de una Iglesia viva, dinámica y misionera. Y a veces caemos en la trampa de pensar que todo esto es cosa del pasado, que hoy no es así. ¡Qué equivocados estamos!

Para nosotras, las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret, los 150 años de historia de nuestra congregación son prueba tangible de la presencia viva del Espíritu Santo. A lo largo de los años, el Espíritu Santo nos guió, inspiró, instó, advirtió de los peligros. Por obra de Él las superioras responsables de tomar decisiones enviaron hermanas a nuevos puestos, a nuevos países, a nuevos continentes. Queremos leer en esta clave la decisión de establecer una nueva misión de nuestra congregación en Chile. ¿Cómo ocurrió esto? ¿Por qué ahora y por qué Chile? El Espíritu nos lleva donde quiere….

Hasta ahora la misión más joven de la congregación era la nuestra en España (Benicassim), y ya tiene casi seis años. Ha sido un tiempo hermoso, intenso y lleno de ejemplos en los que hemos debido dejarnos guiar por el Espíritu Santo. En diciembre de 2022, Mons. Cristian Roncagliolo Pacheco, obispo auxiliar de la Diócesis de Santiago de Chile, llegó a nuestra parroquia. Don Cristian llevaba algún tiempo en España, recuperándose de una grave enfermedad y de difíciles experiencias pastorales en su diócesis. Le asignaron de manera temporal la asistencia pastoral en nuestra parroquia de Santo Tomás de Villanueva en Benicassim. Fue aquí en Benicassim donde se encontraron los caminos de la Diócesis de Santiago de Chile y de la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret. A lo largo de las semanas, Don Cristian tuvo la oportunidad de conocer nuestra misión, el carisma de la congregación y nuestro compromiso pastoral con las familias de la diócesis Segorbe Castellón. Lo escuchamos repetir cada dos por tres las palabras: ¡os necesitamos en Chile! Lo que al principio parecía una simple ilusión, pronto empezó a tomar formas muy concretas. En los meses siguientes, Don Cristian recibió algunas visitas de amigos de Chile, que estaban de paso por España. Entre otros vinieron:  Mons. Alberto LorenzelliRosi y Mons. Álvaro Chordi Mirada, obispos auxiliares de Santiago de Chile. Ambos huéspedes se alojaron en nuestra casa. Fue una buena oportunidad para conocernos mejor. Nosotras nos interesamos por los asuntos de la Diócesis de Santiago de Chile, la Iglesia en Chile y nuestros invitados también se interesaron y preguntaron por nuestra congregación. Durante una de las visitas, Mons. Alberto dió un paso más y empezó a hablar de detalles específicos: dónde podríamos vivir, qué esperarían de nuestra congregación, cuáles son las necesidades de la pastoral familiar allí, etc. Nos dimos cuenta de que ya no se trataba sólo de deseos piadosos, sino más bien de una invitación bien real para ir a Chile.

La decisión sobre si comenzar una nueva misión recae en la superiora general y su consejo. Por nuestra parte, sólo pudimos transmitirle nuestra experiencia y lo aprendido durante los encuentros con Chile en Benicassim, y apoyar la iniciativa con nuestra oración. Mons. Alberto, como vicario general, tomó las riendas. Pronto estableció contacto personal con nuestra superiora general y en la primera oportunidad que tuvo visitó la casa general de nuestra congregación que se halla en Roma. A posteriori, la superiora general recibió una invitación oficial de la Diócesis de Santiago Chile para conocer la situación y necesidades de la Iglesia local. En febrero de 2024, la Madre General Ángela MaríeMazeo, acompañada por dos hermanas consejeras (AmabilisSikora y SperanzaGrzebielec), viajó durante una semana para conocer la situación de primera mano y con la ayuda de Mons. Alberto, se familiarizaron con la situación de la Iglesia local. El viaje resultó muy fructífero, pues a principios de marzo la superiora general envió una carta circular a toda la congregación, compartiendo su experiencia en Chile. En esa carta pedía a todas las hermanas que escucharan atentamente la voz del Espíritu Santo en sus corazones y discernieran si este las estaba invitando a formar parte de la misión en Chile. Pronto las solicitudes de las hermanas comenzaron a llegar a Roma… Después de un cuidadoso discernimiento y oración, el 19 de abril de 2024, la superiora general anunció oficialmente la decisión de iniciar una nueva misión en Chile y nombró las primeras cuatro misioneras que, en septiembre de 2024, comenzarán un año de preparación para ir luego a su misión. Serán dos hermanas polacas (una de ellas vivió muchos años en Estados Unidos), una filipina y una ucraniana.

El Espíritu sopla donde quiere…. Y así es como los caminos de Benicassim y Chile se volverán a cruzar: ¡estas hermanas se prepararán para su nueva misión uniéndose durante un año a nuestra comunidad en Benicassim! Esto es una gran alegría y un desafío para nosotras. Durante un año, las hermanas aprenderán el idioma (cada una de ellas vendrá con un conocimiento diferente del español), y conocerán diversas las diversas formas de pastoral familiar, que actualmente llevamos a cabo en nuestra diócesis. No puede ser de otra manera, ya que los obispos de Chile especificaron que querían una misión como la que conocieron aquí en España. Y sobre todo oraremos juntas por la Iglesia en Chile y nuestra futura misión.

Si Dios quiere, en septiembre de 2025 las primeras Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret, obedientes al Espíritu Santo, partirán hacia Chile. Desde que conocimos a las elegidas oramos por ellas e invitamos a todos los que lean este texto que se unan a nuestras oraciones. ¡Gracias!

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