Durante una de las últimas catequesis parroquiales del pasado curso escolar, los niños preguntaron con sorpresa: ¿No hay catequesis durante las vacaciones? Qué lástima…. Así nació la idea de ofrecer a los niños y jóvenes de algún modo unas catequesis también durante las vacaciones. El tiempo desde la idea hasta la implementación fue corto. Con el consentimiento y total aprobación del párroco, comenzamos a preparar las catequesis para dos grupos de edad: niños que se preparan para la primera comunión y jóvenes de los grupos de poscomunión. En la parroquia aparecieron carteles, las catequistas enviaron información a los padres y el párroco durante la santa misa invitó a los niños a participar de esta iniciativa.
Las catequesis estivales tuvieron lugar en nuestra casa, una vez a la semana durante una hora. Por supuesto, la participación era completamente libre. Los participantes en estas sesiones más libres tuvieron la oportunidad de conocer interesantes historias bíblicas, profundizar su amistad con Jesús a través de la oración y participar en diversas actividades y juegos. ¡Nadie se aburría! Se puede decir que las familias de los niños también estuvieron indirectamente involucradas, porque los niños cada día cuando les venían a buscar, compartían con su característico entusiasmo todo lo que les habían enseñado. Al finalizar este improvisado proyecto todos recibieron pequeños diplomas como recuerdo de esta interesante aventura con Dios.
Por tanto, la semilla ya ha sido sembrada… Sólo Dios sabe cuándo y qué fruto dará. Si Dios quiere, el año que viene, durante las próximas vacaciones de verano, invitaremos de nuevo a todo el que quiera a participar en las catequesis estivales. Para nosotras vale la pena el esfuerzo, incluso aunque sea solo para un niño.