Acompañando a los jóvenes
Los meses que siguen a la Pascua suelen ser cuando muchas parroquias celebran el sacramento de la Confirmación. Nuestra parroquia de Santo Tomás de Villanueva en Benicasim también celebró el sacramento de la Confirmación los días 26 y 27 de abril, bajo la presidencia de Mons. Casimiro López Llorente.
Como Hermanas de la Sagrada Familia también apoyamos con entusiasmo a nuestra parroquia en la preparación de este sacramento. Acompañamos a jóvenes, sacerdotes y catequistas para que alcancen una buena preparación para este sacramento. Para alcanzar este objetivo hay dos opciones: una es la continuación de la catequesis justo después de la Primera Comunión y y por que dura 3 años, o la preparación de 2 años que suelen empezar los jóvenes de la ESO.
Este año 3 grupos de jóvenes de la parroquia han recibido el sacramento de la Confirmación y otros 3 continúan su preparación.
¿Cómo ayudamos las hermanas en este proceso?
En primer lugar acompañamos con nuestra oración, todos los lunes en nuestra capilla hay una oración por los niños y jóvenes de la parroquia a la que están invitados padres y catequistas. Los asuntos de la parroquia están siempre presentes en nuestras oraciones diarias. Pero no sólo rodeamos de oración a nuestros jóvenes. Una de las hermanas prepara desde este año a un grupo para este sacramento. La hermana ha estado catequizando a un grupo de 10 jóvenes de la parroquia y ha terminado oficialmente el primer año de preparación.
Las hermanas también participaron activamente con otros catequistas en la preparación de Belén Viviente, donde los jóvenes que se preparaban para la Confirmación representaron con ilusión sus roles. ¿Qué hicimos? Les ayudamos a preparar el vestuario, participamos activamente en los ensayos y también una de nuestras hermanas incluso fue narradora de la obra.
Por otra parte, La Hermana María y la hermana Karolina, junto con un grupo de jóvenes de la parroquia, participaron en el encuentro de jóvenes de la diócesis, que tuvo lugar en Segorbe en febrero de este año. Las hermanas, junto con don David y los catequistas, fueron a la Cueva Santa y después hicieron una peregrinación a Segorbe, donde se celebró una solemne Santa Misa en la Catedral presidida por el Obispo. Fue también un encuentro jubilar de jóvenes de la diócesis para celebrar su año jubilar.
Este año, como novedad, organizamosjunto con don Luis y don David, en la semana previa a la Pascua «La Pascua Joven». Queríamos que los jóvenes vivieran la Semana Santa y la Pascua de una manera diferente. Comenzamos este proyecto la víspera del Domingo de Ramos, donde vimos una película sobre la vida de Jesús y los acontecimientos pascuales de la condena, el camino a la cruz y la muerte de Jesús. Después, cada día del triduo pascual nos reunimos con los jóvenes para tratar temas específicos como: ¿puede un sacerdote ser feliz?, ¿ sufren los jóvenes hoy en día? El Viernes Santo los jóvenes protagonizaron el Vía Crucis en la parroquia. Además de leer las meditaciones, cantaron himnos después de cada estación del Vía Crucis y portaron la cruz y las velas. Y, por último, el Sábado Santo nos reunimos en nuestro convento para entregar todos nuestros sufrimientos a Jesús en la capilla.
En una sencilla celebración, nos reunimos ante la tumba de Jesús para entregar a Dios, junto con María, todo aquello que nos hace sufrir, que no comprendemos, que es una piedra en nuestra vida, una piedra que nos pesa. Cada participante podía escribir en un papel todo lo que le «aplasta» y dejarlo en la cruz. La iniciativa Pacua Joven nos ayudó a todos a vivir la Pascua de manera más profunda y conscientemente. Un precioso fruto que nació de este encuentro fue la participación de un grupo de chicos como monaguillos en el altar. Y lo mejor es que no se trató de un compromiso puntual, sino que los chicos han continuado ayudando desde entonces cada sábado en la misa de los niños.
Nuestra comunidad también ha participado en la preparación de los cantos en las misas de confirmación. Formamos parte del coro que anima los cantos de la misa. Este año hemos celebrado por primera vez un ágape en nuestra casa, al que estaban invitados el obispo, los sacerdotes, los catequistas, el coro y todos los que han colaborado en la preparación de las celebraciones. Fue una ocasión para estar juntos y también para dar gracias por otro grupo de jóvenes que han recibido el sacramento de la Confirmación.
También este año, tras finalizar el primer año de preparación, celebramos un acto penitencial. Los jóvenes tuvieron la oportunidad de recibir el sacramento de la reconciliación, rezar en nuestra capilla y así aprovechar el final de curso para reconciliarse con Dios.
También por primera vez este año nuestra comunidad- a petición del párroco de Torreblanca- preparó y acogió a 40 jóvenes de la parroquia de Torreblanca para una convivencia antes de recibir el sacramento de la Confirmación a la semana siguiente. Para dicha ocasion tan especial les preparamos un encuentro basado en el pasaje del Evangelio en el que los apóstoles se sientan encerrados en el Cenáculo por miedo a los judíos. Escucharon una catequesis sobre el hecho de que a menudo nosotros también tenemos muchos miedos que nos paralizan y sólo Dios es capaz de vencerlos. A continuación pudieron trabajar y profundizar porgrupos los dones del Espíritu Santo que al final pusimos todos en común. Comimos juntos y disfrutamos de una agradable sobremesa y para terminar se celebró una Santa Misa en nuestra capilla por los jóvenes, sus familias y los catequistas. Pudimos disfrutar de la compañía de sus catequistas y el vicario de la parroquia.
Nuestro compromiso como comunidad no es sólo abrir nuestros corazones sino también nuestra casa para que los jóvenes puedan encontrar un lugar de encuentro con Dios, de contacto con Él.
Sabemos que el mundo de hoy no ayuda a vivir la fe, que cada vez son menos los que reciben los sacramentos, por eso tratamos de implicarnos lo más activamente posible para que lleguen bien preparados y por supuesto para que todo vaya como la seda en sus Misas, las cuales para nosotras son un acontecimiento escpecialmente importante. Para nosotras siempre es un gozo rezar por los jóvenes y vivir con ellos y sus familias el sacramento de la Confirmación.
Rezamos también por ellos, para que tengan el valor de vivir su fe cada día, para que utilicen en su vida los dones del Espíritu Santo que han recibido en el sacramento de la Confirmación.