150 años de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret.
PLAZA VENECIA – UN ENCUENTRO DE TRES HISTORIAS (4)
Después de llegar a Roma, lo más probable es que Franciszka se hospedara en un hotel en la Plaza Venecia. Según las notas de la hermana Agustina ya citadas, después Franciszka se trasladaría a un apartamento privado propiedad de una señora que no conocía anteriormente y luego al convento de las Hermanas de la Reparación. Recorreremos juntos por Roma siguiendo las huellas de la Fundadora. Hoy nos quedaremos en la Plaza Venecia. En esa Plaza, al menos simbólicamente, podemos encontrar tres historiasde la Ciudad Eterna.
Primero, la historia de la antigua Roma. Desde la Plaza Venecia se puede ver el Monte Palatino, donde se encontraron vestigios del asentamiento más antiguo y donde Rómulo y Remo, los hermanos legendarios criados por una loba, fundaron Roma (la fecha oficial es el 21 de abril del 753 a. C.). Incluso más cerca se encuentra la Colina Capitolina, el lugar de culto y poder de la antigua Roma, y hoy los Museos Capitolinos, ricos en exhibiciones y la sede del alcalde de la ciudad. A los piesdel Monte Palatino se encuentra el Coliseo, que no necesita presentación. Al lado del Coliseo transcurre laViaForiImperiali, una calle construida en 1932 entre y prácticamente sobre los restos de los foros de César, Augusto, Nervo y Trajano. Caminando por esta calle podemos admirar el gran museo al aire libre, es decir, el Foro Romano y el Foro de Trajano con sus lugares de culto y reunión, sus restos de arcos y calzadas.
Mirando hacia la antigua Roma desde la Plaza Venecia, nos «inquieta» o choca un poco el enorme y aparentemente imponente edificio Vitoriano, es decir, el Altar de la Patria, que es un símbolo de la segunda historia: la historia de Italia como país, unida tras siglos de fragmentación como un solo país. Esta historia se entrelaza con la historia de la Iglesia y también con los inicios de la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret.
RENACIMIENTO/RESURGIMIENTO (5)
Como recordaremos más o menos de las clases de historia, desde la caída del Imperio Romano Occidental en el año 476 D.C. hasta finales del siglo XIXno hubo un estado italiano unificado como lo que hoy en día es Italia. La Península de los Apeninos, dividida en principados e incluso ciudades independientes, fue un campo de batalla e influencia de tribus germánicas, árabes, normandas y bizantinas, nobles italianos individuales y al menos varias potencias europeas: Alemania, Francia, España, Austria. Además, en el año 756, el rey de los francos ofreció al Papa las tierras que había conquistado, creando así los Estados Pontificios, que ocuparon Roma y parte del centro de Italia durante más de 1.100 años. Por aquel entonces, los Papas no eran sólo líderes espirituales de la Iglesia, sino también monarcas seculares, que debían participar de la geopolítica y relacionarse con el resto de potencias europeas, estando todos conectados en cuanto a seguridad y posición política.
Aunque la Península Italiana había sido lingüística y culturalmente coherente durante siglos, sólo los movimientos nacionales y de unificación del siglo XIX condujeron a la creación del Reino de Italia en 1861. El proceso de creación de una nueva Italia se llamó Risorgimento, que literalmente significa: renacimiento.El último acto de unificación fue la toma de la capital de los Estados Pontificios. En 1870, a consecuencia de la nueva situación internacional, la guarnición francesa decidió abandonar Roma, que a partir de entonces sería defendida únicamente por una unidad de infantería voluntaria designada por Pío IX. El Papa rechazó categóricamente todas las propuestas de solución amistosa al «asunto controvertido» que le intentó presentar el rey de Italia.
El 19 de septiembre, las tropas italianas llegaron a Roma y la capturaron al día siguiente después de sólo tres horas de batalla en la zona de Porta Pia. Los vencedores entraron en la ciudad por una carretera que más tarde pasó a llamarse Via XX Settembre–(Calle 20 de septiembre). El Papa Pío IX se declaró «prisionero del Vaticano». Al año siguiente, en 1871, la capital del Reino de Italia se trasladó de Florencia a Roma.
FranciszkaSiedliska llegó a la Ciudad Eterna sólo dos años después de los acontecimientos que acabamos de narrar y que conmocionaron al mundo católico. Roma, después de 1.114 años, ya no era una ciudad papal…