11 Reclinatorios
El 1 de agosto de 2023 celebraremos el 80 aniversario del martirio de las 11 Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret, de la comunidad de Nowogrodek. La Hermana Marie Stella y sus 10 Compañeras fueron beatificadas por San Juan Pablo II en marzo del año 2000. Su memoria litúrgica cae el 4 de septiembre.
Las hermanas de la comunidad de Nowogrodek diferían en edad, carácter, formación, camino profesional, años de vida religiosa y apostolado diario. Sin embargo, lo que todas tenían en común era su amor por Jesús y su dedicación al servicio a los demás. Por supuesto, su primer apostolado era la oración, individual o comunitaria, en el silencio de la capilla del convento y en la iglesia que tenían cerca del convento, en un cerro cercano.
Los habitantes de Nowogrodek estaban muy acostumbrados a ver a las hermanas que salían del convento en una especie de procesión y subían lentamente los escalones de piedra bastante empinados que llevaban a la iglesia. Esto lo hacían cada mañana para asistir a misa, y la tarde la dedicaban a la adoración, al rosario… La superiora María Stella y sus 11 hermanas se colocaban cerca del altar, donde había colocados 12 reclinatorios. Al entrar en la iglesia, las hermanas se arrodillaban ante el Santísimo Sacramento y con calma y ceremonia tomaban sus posiciones en los reclinatorios. Esta escena se repetía cada día, a lo largo de todos los años que estuvieron presentes en Nowogrodek. Fueron capaces de seguir poniéndola en práctica incluso en los años más oscuros de la ocupación soviética y luego alemana, en durísimos tiempos de la segunda guerra mundial. Varias oraciones brotaron de los corazones de las hermanas, pero de entre todas ellas hay dos que marcaron para siempre la historia de Nowogrodek y la de nuestra congregación. La primera fue: Oh Dios, si sacrificar la vida es necesario, acéptalo de nosotras y salva a aquellos que tienen familia. Y la segunda: Oh Dios, un sacerdote es más necesario en esta tierra que nosotras. Te pedimos que nos tomes en lugar del sacerdote, si este sacrificio es necesario.
Las hermanas ofrecieron su vida por sus vecinos y su sacerdote en un sacrificio silencioso en la mañana del 1 de agosto de 1943. Ese día los 11 reclinatorios se quedaron vacíos. Solo en uno de ellos estuvo como siempre orando la hermana Margarita, en soledad, esperando el regreso de sus hermanas. Pero ellas no regresaron nunca jamás. Pronto descubrió el porque…
En la primavera de 1945, concretamente en el día de San José, el 19 de marzo, finalmente fue posible exhumar los cuerpos de las hermanas de la tumba común en la que habían sido enterradas en el bosque. Los restos mortales de las hermanas fueron preparados y colocados en 11 ataúdes de madera y transportados en trineo desde el bosque hasta la iglesia. Los feligreses llevaron los ataúdes de las monjas a la iglesia y los colocaron sobre los 11 reclinatorios, delante del altar. Por tanto, podemos decir que finalmente las hermanas volvieron a su lugar, a su iglesia. Por desgracia en un modo totalmente diferente a como siempre estuvieron allá. En los archivos de nuestra congregación hay una descripción conmovedora de esta escena. Las hermanas fueron enterradas en una tumba al lado de la iglesia (ahora las reliquias de las hermanas están colocadas en un sarcófago en la iglesia).
Durante todos los años difíciles del comunismo, cuando la congregación todavía no podía regresar a Nowogrodek (y la única presencia de nuestra congregación que permaneció allí fue gracias a que la hna. Margarita que logró quedarse allí escondida, arriesgando cada día su vida), los 11 reclinatorios vacíos parecían estar esperando el regreso de las hermanas. Y cuando, años después llegó la libertad (al menos en cierto modo) y fue posible reconstruir el convento en Nowogrodek (destruido por los comunistas), la congregación tomó la decisión de abrir allí el noviciado (la casa de la formación inicial) para las vocaciones del Este. El día de la inauguración de la casa del noviciado había exactamente 11 novicias.
Las hermanas con los velos blancos entraron en la iglesia, como antes habían hecho las hermanas mártires, en una especie de procesión y ocuparon los 11 reclinatorios que les estaban esperando. No hay coincidencias en los planes de Dios, solo señales que uno tiene que saber leer. Los 11 reclinatorios volvieron a cobrar vida gracias a la presencia de las hermanas y sus oraciones.
Las 11 Beatas Mártires dieron señal de que seguirían y seguirán velando por nuestra misión en Bielorrusia, por la iglesia local de esta tierra y por las familias. Suplicarán todas las gracias que necesitemos, y especialmente la gracia de la fe valiente y abnegada.
Actualmente en Bielorrusia es una de las 8 Provincias en las que se divide nuestra Congregación. Esta Provincia cuenta con 41 hermanas distribuidas en 9 comunidades. La historia perfecta de Dios continúa, aunque escrita sobre las líneas torcidas del ser humano.