Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret

El Domingo de la Misericordia

"CANTARÉ ETERNAMENTE LAS MISERICORDIAS DEL SEÑOR."

En el año 2000, San Juan Pablo II canonizó a Santa Faustina Kowalska, la religiosa polaca, y durante la ceremonia dijo:<<es importante que acojamos íntegramente el mensaje que nos transmite la palabra de Dios en este segundo domingo de Pascua, que a partir de ahora en toda la Iglesia se designará con el nombre de Domingo de la Divina Misericordia>>. La celebración de esta fiesta se origina en las revelaciones privadas de Cristo a Faustina, en el año de 1931. Durante las apariciones, el Señor Jesús le transmitió una serie de mensajes sobre el significado de su Divina Misericordia y le encargó difundir su devoción por el mundo. 

Hoy, la devoción a la Divina Misericordia está muy extendida por todo el mundo, y la imagen de Jesús Misericordioso es bien conocida. ¡Jesús, en Ti confió! Jezu, ufam Tobie! (en polaco), Jesus, I trust in you! (en inglés). Esa invocación se reza en todos los idiomas del mundo. Santa Faustina escribió en su diario estas palabras de Jesús sobre su Misericordia: <<…cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia>>.

Siendo consciente del propio pecado, y experimentando la generosidad de la Misericordia de Dios, uno no puede permanecer indiferente ante el sufrimiento del prójimo. El sufrimiento, tanto físico como moral y espiritual de tantos hermanos nuestros, clama por una respuesta concreta, una ayuda concreta. El Papa Francisco dijo:<< El mensaje de la Divina Misericordia constituye un programa de vida muy concreto y exigente, pues implica el obrar>>. Una de las respuestas a esta llamada es el COF diocesano (Centro de Orientación Familiar), el cual tiene su sede en la ciudad de Castellón de la Plana. 

Los Centros de Orientación Familiar son un servicio gratuito, especializado en el apoyo integral de la persona, y en el buen desarrollo de su estructura familiar. La Misión del COF es dar respuesta a las múltiples causas que provocan crisis matrimoniales y familiares. En primer lugar, ofreciendo los medios para detectar y prevenir las crisis familiares, y seguidamente, ayudar a resolverlas cuando ya se hayan producido. Se ofrece atención y acompañamiento personal, integrando todas las dimensiones del ser humano.

Escuchar, orientar y acompañar, son tres palabras claves que caracterizan toda la realidad del COF. Desde el inicio de nuestra misión en España, fuimos invitadas a colaborar con el COF. En nuestra casa se realizan algunos encuentros de formación de los voluntarios. Debido a que el Domingo de la Misericordia es la fiesta patronal del COF, cada año en ese domingo, en nuestra capilla, se celebra la santa misa para todos los colaboradores del COF y para las personas que allí buscan ayuda. Además, una de las hermanas colabora regularmente con el COF como orientadora, ofreciendo el acompañamiento a las personas en crisis (especialmente en asuntos conyugales y familiares).

Que nos inspire la oración de Santa Faustina, humilde apóstol de la Divina Misericordia:

<<Deseo transformarme toda en Tu misericordia y ser un vivo reflejo de Ti, oh Señor. Que este más grande atributo de Dios, es decir su insondable misericordia, pase a través de mi corazón al prójimo. 

Ayúdame, oh Señor, a que mis ojos sean misericordiosos, para que yo jamás recele o juzgue según las apariencias, sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarla. 

Ayúdame a que mis oídos sean misericordiosos para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus penas y gemidos. 

Ayúdame, oh, Señor, a que mi lengua sea misericordiosa para que jamás hable negativamente de mis prójimos, sino que tenga una palabra de consuelo y perdón para todos. 

Ayúdame, oh Señor, a que mis manos sean misericordiosas y llenas de buenas obras para que sepa hacer sólo el bien a mi prójimo y cargue sobre mí las tareas más difíciles y más penosas. 

Ayúdame a que mis pies sean misericordiosos para que siempre me apresure a socorrer a mi prójimo, dominando mi propia fatiga y mi cansancio. Mi reposo verdadero está en el servicio a mi prójimo. 

Ayúdame, oh Señor, a que mi corazón sea misericordioso para que yo sienta todos los sufrimientos de mi prójimo. A nadie le rehusaré mi corazón. Seré sincera incluso con aquellos de los cuales sé que abusarán de mi bondad. Y yo misma me encerrare en el misericordiosísimo Corazón de Jesús. Soportaré mis propios sufrimientos en silencio. Que tu misericordia, oh Señor mío, repose dentro de mí>>. (Diario 163)

 

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