Dios es el único autor de esa historia
Hoy queremos compartir con vosotros una historia muy especial, una historia que parecía imposible pero que con la gracia de Dios ha florecido y no deja de crecer. El 22 de abril, la hermana Angela Kissiwaa pronunciará sus primeros votos religiosos en nuestra Congregación de Ghana. La hermana Ángela es nuestra primera vocación ghanesa. Este 2023 se cumple el 11º aniversario de nuestra misión en África. Es el momento ideal para agradecer a Dios por tantas gracias y su continua providencia sobre nosotras y la misión de Ghana.
Tuve la gracia y el privilegio de participar en al comienzo de nuestra misión en África. He visto cómo Dios escribe la historia según su plan y propósito, utilizando nuestras modestas fuerzas y posibilidades. O, mejor dicho, como de nuestra nada ofrecida a Dios, Él deriva sus planes.
La idea de que nuestra Congregación abriera una nueva misión en el continente africano surgió en el Capítulo General de la Congregación de 2010. En ese Capítulo fui nombrada superiora general de nuestra Congregación. Entonces, junto con mis hermanas del gobierno general, nos enfrentamos a una tarea que iba mucho más allá de nosotras. Surgieron muchas preguntas: África, vale, pero ¿dónde? ¿En qué país? ¿Cómo reconocer el lugar idóneo? ¿Qué quiere Dios de nosotras en esta misión? ¿Adónde nos está enviando? Sin embargo, es curioso que desde que comenzamos a planteárselo y buscar, de alguna manera Dios fue poniendo gente de Ghana en nuestro camino. Y es a este país al que dirigimos nuestros primeros pasos. Durante dos años (2011/2012) hicimos una serie de visitas a varias diócesis de Ghana y finalmente aceptamos la invitación de dos obispos: el de la Diócesis de Sunyani y la de Goaso. Fue también en ese momento en el cual se ofrecieron como voluntarias las primeras hermanas, que sentían en su corazón la llamada de Dios para iniciar la misión de África.
Nunca olvidaré el momento en el cual, durante uno de estos viajes a Ghana, tuve una serie de conversaciones oficiales con los obispos de las diócesis y luego con los jefes de las tribus locales que poseían las tierras necesarias para construir nuestros conventos y escuelas. Cuando tras largas conversaciones, finalmente llegamos al territorio (el campo) que potencialmente podría convertirse en nuestro, me sentí extrañamente incómoda. Me pregunté, ¿qué estoy haciendo aquí? Un campo inmenso, lleno de arbustos africanos y palmeras, plataneros, cactus… un calor insoportable, el polvo rojizo que todo lo cubría, los mosquitos (que además podían transmitir malaria…). El obispo y su consejo parroquial, el jefe local y su consejo estaban con nosotras. Todos muy serios, con grandes expectativas puestas en nosotras. Y nosotras, dos hermanas de Nazaret, con los corazones palpitantes de emoción, pero también con dudas. Dios, ¿dónde nos has traído?
Humanamente hablando, no teníamos ni dinero, ni experiencia misionera en África, ni a hermanas preparadas para estos nuevos desafíos. ¿Cómo no defraudar la esperanza que estas personas estaban depositando en nosotras? Una oración nació en mi corazón: ¡Dios, sálvanos! Si esta es tu idea, tu voluntad, por favor, encuentra el camino, el tiempo, los medios y las personas para que se cumpla. Y fue en ese momento de oración cuando en algún lugar profundo de mi corazón sentí paz: Fiat VoluntasTua.
Dios escuchó nuestra oración. Ya en agosto de 2012 partieron las 4 primeras hermanas, y en octubre se inauguró oficialmente el primer convento de Nazaret en Ghana. Luego fueron otras hermanas y con el tiempo se establecieron tres comunidades: en Synyani (que ahora sirve como casa de formación para las jóvenes hermanas de noviciado), y en Chiraa y Yamfoo (donde ahora hay dos escuelas).
El primer año fue tiempo para que las hermanas conocieran la cultura africana, las tradiciones locales y la vida de la Iglesia. Pronto, comenzó la construcción de dos escuelas. Todo se realizó con un gran compromiso por parte de toda nuestra Congregación, la dedicación de muchas hermanas y la generosidad de innumerables bienhechores. Lo imposible se hizo real. Las escuelas comenzaron su funcionamiento en 2015, admitiendo a los primeros pequeños estudiantes (alrededor de 120 niños en total). Hoy, son más de 700 alumnos (desde la guardería hasta sexto de primaria) los que estudian en ambas escuelas. Actualmente se encuentra en marcha la construcción de los centros de secundaria, para que nuestros alumnos puedan completar su formación en colegios de Nazaret. Las hermanas también dirigen un Oratorio (llamado “La escuela de los sábados”) para niños que no pueden asistir por sus circunstancias familiares y económicas a nuestra escuela durante la semana.
Dios ha bendecido nuestra misión con las primeras vocaciones africanas. Las hermanas visitan varias parroquias, hablan sobre la vida religiosa, dan testimonio de su vocación y organizan retiros para las chicas que quieran discernir su vocación.
Con alegría y asombro miro hoy el mismo campo, ¡qué diferente se ve! ¡Solo Dios puede hacer semejantes cosas! ¡Gloria a Él!
la hna Juana
Facebook: Sisters of the Holy Family of Nazareth – Ghana
