El profeta Elías es uno de los personajes más interesantes y vistosos de la biblia, y Dios lo necesitó en un momento importante de la historia de Israel, para que se opusiera a un malvado rey y traer avivamiento a la tierra. El ministerio de Elías fue el comienzo del fin de la adoración a Baal en Israel. La vida de Elías estuvo llena de confusión. A veces fue valiente y decidido, y otras temeroso y vacilante. Pasando de la victoria a la derrota, y después la recuperación. Elías conoció tanto el poder de Dios como las profundidades de la depresión.

Elías, un profeta de Dios, cuyo nombre significa «mi Dios es el Señor», vino desde Tisbita en Galaad, pero no se sabe nada de su familia o de su nacimiento. La primera vez que nos encontramos con Elías es en 1 Reyes 17, 1 cuando de repente aparece para desafiar a un malvado rey Acab, quien gobernaba en el reino del norte. Elías profetizó una sequía que iba a llegar sobre la tierra como consecuencia de la maldad de Acab (1 R 17,1-7). Advertido por Dios, Elías se esconde cerca del arroyo de Querit, donde es alimentado por los cuervos. A medida que aumentaba la sequía y el hambre en la tierra, Elías se encuentra con una viuda en un país vecino y, gracias a su obediencia a la petición de Elías, Dios provee  de suficiente comida a Elías, la mujer y su hijo. Milagrosamente, la tinaja de harina y la vasija de aceite de la viuda, nunca escarearon ni disminuyeron (1 R 17,8-16).