El Papa polaco, que tanto había amado y ama a España, nos invitó a vivir un tiempo extraordinario de gracia, peregrinando a su patria. En un grupo de unas 30 personas, procedentes de diversos lugares de nuestra diócesis, visitamos del 17 a 21 de agosto, Wadowice, Kalwaria Zebrzydowska, Cracovia, Łagiewniki, Częstochowa, y el campo de concentración de Aushwitz-Birkenau en Oświecim.
Definitivamente, ha sido más una época de retiro que de turismo. Los peregrinos querían ver su casa familiar (hoy un hermoso museo moderno), la iglesia parroquial, y los lugares donde el pequeño Karol Wojtyla creció y descubrió su vocación. Pero también, los lugares de sus primeros servicios sacerdotales y pastorales (Cracovia). Lugares que fueron su patria espiritual (Kalwaria Zebrzydowska, Czestochowa, Łagiewniki). En muchos lugares queríamos quedarnos más tiempo para rezar, para confiar nuestras necesidades familiares y personales al cuidado paternal de San Juan Pablo II.
El tiempo para todo es siempre escaso. Los que van a ir por segunda y tercera vez… querrán ciertamente buscar un tiempo de retiro, de formación… bajo la guía del Santo Pontífice. Los que van por primera vez… deben conocer primero estos lugares que están tan llenos de su presencia. De ahí la necesidad de organizar estas peregrinaciones con más frecuencia. ¿Quién sabe, tal vez cada dos años?